La Batalla de la Bahía de Fukuda (18 de octubre de 1545) es la primera vez en la que los europeos chocaron con fuerzas japonesas. En esta ocasión, la marina portuguesa buscaba nuevos puertos para comerciar. Los nipones veían con malos ojos la influencia de los jesuitas en la gente. Ya se habían dado casos en los que se destruían imágenes budistas. Esto tenía de mal humor al jefe del Clan Matsura. Por otro lado, João Pereira estaba buscando expandir el comercio en la zona. Esto definitivamente iba a terminar ocasionando un choque entre las fuerzas armadas de ambos países.
En el arte de la guerra existen muchos conceptos que, cuando son bien aplicados, las oportunidades de éxito aumentan. El factor sorpresa, el uso de espías o los ataques por los flancos son algunos de ellos. El desafío principal de cualquier general es conocer bien a su ejército y tener toda la información posible sobre su rival. En el caso de este enfrentamiento, los japoneses supieron aprovechar al máximo el factor sorpresa. Por otro lado, el comandante luso no hizo caso de sus espías y despreció la información que le alertaba de un ataque inminente.
Las misiones de los Jesuitas en Japón se habían extendido de manera considerable y sin querer se convirtieron en una red de comunicación muy eficiente. Cuando João Pereira iba a comerciar con Matsura los misioneros le advirtieron del peligro de una emboscada. Le recomendaron que era mejor acercarse a la Bahía de Fukuda y hacer negocios con Omura (que era cristiano). Así la flota lusa llegó a esta zona. Sin embargo, Pereira se confió y dos terceras partes de sus marineros se bajaron del barco (160 hombres). Este fue un error táctico, producto de menospreciar la voluntad del Clan Matsura para pelear.
Cuando los japoneses comenzaron el ataque sobre la flota portuguesa (Un Galeón y una Carraca) estos tomaron por sorpresa a sus enemigos. Incluso pudieron abordar el barco y herir levemente a Pereira. Llegó un punto en el que los marinos portugueses se refugiaron en los camarotes de la carraca. Pero los nipones habían cometido un error: dejaron que el galeón levantara velas y con sus cañones disparara en contra de sus “Sekibun”. El poder de fuego de la armada lusa y la reorganización de sus tropas resultó letal para la soldadesca del Clan Matsura. Poco a poco los europeos pasaron a la ofensiva.
La derrota de los japoneses fue total. Terminaron la batalla con 70 muertos y 200 heridos. Mientras tanto, las tropas de Pereira solo tuvieron 8 decesos. ¿Qué salvó a los portugueses? El error táctico de no haber atacado ambas naves al mismo tiempo. Sumado a eso, el poder de fuego portugués era muy superior al nipón. Esta victoria significó para los lusos ganar mucho prestigio y respeto frente a los asiáticos. Una de las consecuencias de La Batalla de la Bahía de Fukuda fue la llegada de la Armada Portuguesa al pequeño puerto de Nagasaki. Esta se convertiría en un gran centro comercial y en la ciudad más católica de Japón.
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