Pepe y Bobby Fischer Parte II:Pepe el caballo admira la impresionante habilidad que tiene el campeón mundial Bobby Fischer por el ajedrez. Está entusiasmado el caballito porque deseaba decírselo en persona.
El campeón Bobby se estremeció ante las palabras de Pepe el caballo. A lo largo de su carrera, había enfrentado desafíos innumerables, pero nada como esto. La idea de que una pieza de ajedrez pudiera hablar y tener una conciencia propia parecía absurda, pero había algo en la presencia del Caballo que lo convencía de su sinceridad.
«¿Qué es lo que deseas de mí?» preguntó Fischer, su voz llena de curiosidad y cautela.
Pepe el Caballo se acercó al borde del tablero, sus ojos llenos de determinación. «Deseo ayudarte a alcanzar nuevas cimas en tu carrera, a explorar las profundidades del juego que aún no has imaginado. Juntos, podemos desafiar los límites del ajedrez y llevar nuestro arte a lugares que solo habíamos soñado.» Ah y pedirte un autógrafo porque también quiero mostrárselo a los demás.
Fischer contempló las palabras del Caballo, sintiendo un torbellino de emociones en su interior. Por un lado, la idea de explorar nuevas fronteras en el ajedrez lo emocionaba profundamente. Pero por otro lado, la idea de confiar en una pieza de ajedrez parlante era difícil de aceptar.
«¿Cómo puedo estar seguro de que puedo confiar en ti?» preguntó Fischer, con un tono cargado de duda.
Pepe el caballo sonrió. «Entiendo tus dudas, noble campeón. Pero permíteme demostrarte mi lealtad. Juguemos una partida juntos, tú y yo contra un oponente digno. Verás que juntos podemos lograr cosas asombrosas.»
Aunque todavía dudaba, Fischer no podía ignorar la atracción de la propuesta de Pepe. Si realmente había alguna posibilidad de llevar su juego a un nuevo nivel, ¿cómo podría resistirse?
«Está bien», dijo finalmente. «Juguemos juntos.»
El Caballo asintió con satisfacción, sus ojos brillando con anticipación. «Entonces prepárate, noble campeón. Porque juntos, nos convertiremos en una fuerza imparable»
Con eso, las piezas volvieron a su estado inanimado, pero el brillo en los ojos de Fischer era más fuerte que nunca.
¿Qué resultado obtendrán juntos?
En la parte III lo descubriremos…
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