Día Mundial de la Memoria del Holocausto

Día Mundial de la Memoria del Holocausto: ¡YA ESTAMOS CANSADOS!

Estamos cansados de hablar del pasado.

Estamos cansados de hablar de las guerras y los muertos,

Mejor dejar todo atrás y no volver abrir las heridas.

Lo que pasó pasó. 

Queremos algo mejor, queremos vivir en paz y armonía.

Un día salió un pescador a pescar en una zona maldita. 

Y él, sin saberlo, tiró su caña de pescar a las profundidades. Pasaron unos minutos hasta que de repente empezó a sentir la tensión del hilo.  

Él felizmente, pensaba en el pez gordo que logró atrapar y en que seguramente, no tendrá que salir a pescar en mucho tiempo. 

Con mucho esfuerzo giró y giró la palanca hasta que descubrió que lo que pesco no era un pez gordo sino un esqueleto.

El pescador asustado empezó a gritar y sin soltar la caña de pescar empezó a correr. 

Cada vez que miraba hacia atrás el esqueleto seguía ahí, corriendo tan rápido rápido como él. 

Cuando llegó a su casa dejó su caña en la entrada y se escondió debajo de la cama. 

El esqueleto siguió ahí enredado a su hilo de pescar y mojado. 

Se dijo a sí mismo -Yo solo quería pescar un pez gordo- y pensó ¿Porque me tenía que tocar a mí? Habiendo tantos pescadores en la zona -¿Por qué yo?-

Pasado unos minutos el hombre salió de su escondite, se sentó frente al esqueleto y empezó a desenredar el hilo. Mientras tanto pensó: ¿Que le pudo haber pasado a esta persona? ¿Quién era?  ¿Tenía familia y amigos? ¿Habrá cumplido sus sueños?

Cada vez que deshilaba la caña le caía una lágrima y su pena por esta persona aumentaba.

Cuando terminó, de repente descubrió que lo que tenía frente a él no era un esqueleto anónimo sino una mujer joven y triste. 

Esta mujer, tenía nombre y apellido.

Esta mujer tenía un alma y sueños por cumplir.

Esta mujer tenía familia y amigos.

Solo cuando seamos capaces de afrontar el pasado, escucharlo y sentirlo seremos mejores personas. No podemos ver solo huesos, cada víctima perdió dos cosas: la vida que estaba viviendo y la vida que soñó vivir.  

No podemos ignorar el pasado ¡Forma parte de nuestro ADN universal!

Es parte de nuestros valores humanos ¡Forma parte de cada uno de nosotros!  

Si no lo hacemos así entonces: ¡EL ESQUELETO CORRERÁ DETRÁS NUESTRA DE POR VIDA, SIN PODER DESCANSAR EN PAZ! 

Recordar y nunca olvidar lo que el ser humano es capaz de hacer.

Para bien y para mal. 

En memoria de los más 6 millones de individuos que perecieron en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Tambiénlo dedico con mucho amor y respeto a mi familia asesinada en el campo de Auschwitz. A todas aquellas almas que sufrieron el horror de esa página negra de la historia les digo ¡Nunca los olvidaremos!

Me llamo Meirav y nací el 5 de febrero 1977 en Israel.

Durante mi infancia crecí en un entorno muy bonito y especial llamado “Kibutz”.  Es una especie de comuna agrícola con varios enfoques interesantes  como por ejemplo: Enfatización del trabajo agrícola, decisiones democráticas, salarios igualitarios y propiedad colectiva.

Con 18 años serví en el ejército 2 años y después estudie Educación Especial en la Universidad de Haifa.

Hace 2 años publique con la editorial Planeta  un libro llamado: «El Pequeño Libro de los Grandes Valores». Ahí narro la historia de mi abuela Edith. Ella sobrevivió el holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Por eso me gusta impulsar la importancia de la educación en los valores. Gracias por leer «Día Mundial de la Memoria del Holocausto».