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Saber Poner Límites

Siempre me ha costado poner límites, al menos es algo que varias personas me han dicho últimamente. Muchas veces me han invitado a eventos, cenas, desayunos y aunque por dentro estoy gritando que no quiero, lo único que alcanzo a decir es “Está bien”, pero yo sé que no está bien, me siento agotada, cansada y no me apetece desvelarme o convivir con determinado grupo de personas.

Cada vez que tengo que decir no a alguien, antes le doy mil vueltas, pienso en cómo lo diré, pero debo confesar que no me atrevo, algunas veces creo que voy a herir susceptibilidades, otras me da pena, en el fondo no se si es miedo al rechazo.

Mollis quien me había estado escuchando me respondió:

Nos cuesta decir que no, por dos razones, la primera es por sobrevivencia, el cerebro tiene dos objetivos, por un lado, la supervivencia y el otro la reproducción.  

Cuando dices que no, en el fondo a tu cerebro no le gusta, buscamos intuitivamente formar parte del grupo, de la comunidad, en nuestro cerebro más arcaico está configurado que para poder seguir con vida, necesitamos formar parte de la tribu, ser aceptada, encontramos la fuerza y la defensa dentro del grupo.

Si hoy en día yo le digo que no a alguien y le caigo mal, me va a dejar fuera del grupo, sola. Hay algo dentro de nosotros que hemos aprendido a lo largo de millones de años como seres humanos que cuando decimos que no a otras personas en el fondo nuestra supervivencia está siendo comprometida.

La segunda razón es que en nuestra sociedad no nos gusta sentirnos diferentes, pasar desapercibidos, buscamos consciente o inconscientemente pertenecer al grupo y si esto implica ser, hacer o tener lo mismo que los demás aun cuando no sea lo que yo quiero por que en el fondo muchas veces ni siquiera sabemos que es lo que queremos, vamos permitiendo muchas cosas aún cuando estas vayan en contra de nosotras mismos. Vivimos la vida que otros quieren para nosotras.

En realidad, no tiene nada de malo hacer lo mismo que otras personas, siempre y cuando sea lo que tú quieres.

Muchas personas llevamos heridas que se abren al decir que no, cuando una persona no ha resuelto esta huella de abandono, el decir que no puede reavivar esa angustia existencial o ese vacío interior.

Si yo tuve una carencia de afecto desde la infancia, y no lo resolví durante la adolescencia o juventud, de adulto seguiré buscando muchas veces de manera desesperada el afecto en los demás.

Voy a crear relaciones de codependencia con tal de llenar mi vacío de afecto, muchas veces sin saber que al intentar llenarlo con algo externo o con alguien más, es un pozo sin fondo y siempre vamos a necesitar más, como si fuera un vicio. De lo único que podré llenarlo es de mí misma.

Mencionaste hace un momento que crees que vas a herir a los demás, si dices que no, es importante comprender algo, tu no puedes dañar a nadie sin su consentimiento, así como nadie puede hacerte daño a ti, sin tu permiso. Eres responsable de ti, de tus pensamientos, de tus emociones, de tus sensaciones.

Si al decirle que no a alguien está se molesta es su tema, no el tuyo.

Como a ti te afecta lo que los demás dicen de ti o hacen, crees que tú puedes afectar a los demás con lo que dices o haces.

Piensa esto, cada vez que le dices que, si a alguien cuando en realidad quieres decir que no, a quien le estás diciendo que no es a ti misma. Esto se ve directamente reflejado en tu autoestima.

¿Quién serías tú, si a partir de hoy te pones en primer lugar? Si te dices que si a ti misma. Escucha tu cuerpo, la sabiduría ya está en ti, si aprendes a escucharlo ahí tendrás la confianza y la seguridad para tomar las decisiones que te llevarán a una vida con mayor plenitud.

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Escrito por Marisol Pérez Velázquez

Marisol es Licenciada en Relaciones Industriales egresada de la Universidad Iberoamericana y también está certificada como consultora y comunicadora en Semiología de la Vida Cotidiana®.

Ella guía y capacita a las personas y a las organizaciones en un camino de realización. Esto es a través de facilitar la evolución, el crecimiento y el desarrollo del ser humano. 

Marisol cuenta con un amplio curriculum como asesora de empresas a nivel nacional. 

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