Operación Barbarroja

Los estudiosos del arte de la guerra saben que la soberbia es mala consejera. Una de las labores más importantes de una buena preparación para el combate es el trabajo de inteligencia. Pero es un gran error pensar que se puede ganar sin el adecuado uso de los espías. Otra falla grave es hacer un plan muy rígido que si no sale como es esperado entonces todo se descompone. Dice Sun Tzu que es muy relevante conocer al enemigo y llegar a la batalla ya con la victoria. En el caso de la Operación Barbarroja, los alemanes hicieron suposiciones falsas que los llevaron a su primera crisis.

Esta ofensiva se realizó el día 22 de junio de 1941. Los alemanes pusieron 3 millones de soldados en la frontera con el fin de tomar por sorpresa a la URSS. Una ironía de esta fecha es que 129 años antes Napoleón Bonaparte intentó, de manera fallida, conquistar a Rusia. La Segunda Guerra Mundial, hasta ese momento, había favorecido a Alemania. Las victorias sobre Francia e Inglaterra le dieron mucha confianza a Hitler. La Blitzkrieg, que consistía en ataques muy precisos, había tomado por sorpresa a Europa. Una de las características de esta táctica de guerra era que lejos de pelear se envolvía al rival y se le obligaba a rendirse.

La maquinaria de guerra alemana no tenía la capacidad de pelear un conflicto de desgaste. El alto mando lo sabía y por eso necesitaban conquistar Moscú antes de la llegada del invierno. El plan de ataque consistía en lanzar tres ejércitos y ocupar Leningrado (Norte), Moscú (Centro) y Kiev (Sur). Sin embargo, el poder alemán ya daba muestras de una confianza excesiva. Primeramente, la labor de los espías fue pésima ya que no pudieron descubrir el equipo soviético. El tanque T-34 fue una verdadera sorpresa para los panzers. Los nazis pensaban que sería una victoria rápida. Los rusos tenían un as bajo la manga.

En un principio la Operación Barbarroja parecía ser un éxito. En los primeros meses los alemanes capturaron a más de 3 millones de soldados rusos. Esto les hizo creer que las fuerzas de Stalin ya estaban acabadas. Pero aquí los espías aliados hicieron muy bien su parte. Tras enterarse de que los japoneses no iban a atacar a la URSS se dio una gran oportunidad de mover tropas. Y así fue como movieron todas sus divisiones siberianas al frente europeo. Esto significó que cuando la Wehrmacht estaba a punto de tomar Moscú chocaron con soldados entrenados para pelear en temporada invernal.

El fracaso se dio cuando los alemanes empezaron a retroceder. El contraataque soviético fue muy fuerte. Además, el invierno estaba incapacitando a cientos de miles de soldados. Adolfo Hitler entendió que ahora ya no iba a ser una guerra relámpago sino una guerra de desgaste. Los recursos de la URSS eran muy superiores y la ayuda aliada era muy grande. De nada había servido el dominio del aire por parte de la Luftwaffe. A pesar de que gracias a las formaciones “Erizo” la mayor parte del ejército se salvó, las siguientes ofensivas ya no tendrían la misma fuerza. Así fue el fracaso de la Operación Barbarroja.

Ares es el dios de la guerra en la mitología griega. Es hijo de Zeus y Hera. Ares es conocido por ser impulsivo y violento. Disfrutaba de la guerra por sí misma. A menudo se le retrataba como un guerrero desnudo, armado con una espada y un escudo. Sin embargo, no era muy querido entre los dioses o los mortales debido a su naturaleza cruel e imprudente.

Es amante de Afrodita. Esto desató la furia de Vulcano quien era el marido legitimo de la diosa del amor. Deimos (Temor) y Phobos (Miedo), los dos hijos gemelos de Ares y Afrodita, eran conocidos por acompañar a Ares en las batallas y aterrorizar a los enemigos. Eros (Cupido) tambien es hijo de ambos.

En la Guerra de Troya peleaba del lado de los troyanos.