Edwin Carcaño Guerra
El escenario presentado por el Dr. Alfredo Jalife de “2 resultados y 2 presidentes” fue atinado. Cada uno de los candidatos salió a decir: “Yo tengo otros datos”. Ahora el problema es que el resultado se va a terminar decidiendo en los tribunales. Pero esos procedimientos no son de esta columna. Aquí hablamos de sociología y escenarios económicos así que entremos en el tema electoral de EUA a fondo. El problema más grande de Estados Unidos se llama: Las Guerras Culturales. Querer entender esta elección desde una perspectiva económica o financiera es imposible. Veamos por qué.
A finales de la década de los cincuenta Estados Unidos estaba en su máximo apogeo como la nación victoriosa de la Segunda Guerra Mundial. El presidente John F. Kennedy hablaba de la nueva frontera de Estados Unidos durante la década (1960) que comenzaba. Desgraciadamente su visón no se pudo materializar debido a su asesinato en Dallas en 1963. Sin embargo, esa década iba a marcar los siguientes 60 años con sus ideas, su moda, su música y su cultura. Demasiados eventos de esos tiempos aún nos acompañan: el verano del 69, las marchas por la paz, los derechos de las minorías y la guerra contra la pobreza.
Lo que en teoría generacional se conoce como un Despertar Individual fue lo que detonó los fuertes movimientos sociales. La oposición a la Guerra de Vietnam fue un catalizador social para unir a la juventud en contra de un establishment demasiado centrado en las instituciones y que no consideraba al individuo. La campaña de Bobby Kennedy y el discurso de Luther King prendieron un fuerte debate sobre el lugar de las minorías. De repente la gente empezó a cuestionarse los valores sociales: ¿Es correcto abortar? ¿Debe permitirse la inmigración? ¿Hay que tener una actitud multicultural? ¿Tienen derechos los gays?
Esas preguntas hace 60 años eran difíciles de contestar y también solo la minoría ruidosa la ponía en su agenda. Sabiamente el presidente Richard Nixon confió su elección a la minoría silenciosa. Pero cada día que pasa el tema ha ido tomando fuerza. En la elección presidencial de 1992 el discurso de Pat Buchanan definió los 2 bandos de la nueva guerra por el espíritu de Estados Unidos. A partir de ese momento Roe vs. Wade empezó a tomar conciencia en todo el país. En los noventa y al principio del siglo XXI la economía y las finanzas públicas aun eran temas importantes en las campañas políticas, pero a partir del 2016 todo cambió.
La elección entre Hillary Clinton y Donald Trump (2016) volvió a encender las Guerras Culturales. El tema de la elección ya no fue económico o financiero. La manera en la que el Imperio se conducía en sus relaciones internacionales fue opacada por el debate entre los valores conservadores y la visión liberal. Los electores ya no tenían que pensar demasiado su voto: las cosas son claras y tu filosofía de vida dicta por quien debes de votar. El tema del aborto, las minorías, la inmigración, la agenda LGBT, los derechos de la gente de color, el derecho a portar armas y la legalización de las drogas hoy definen al electorado.
Conforme la postura de los ciudadanos americanos se va radicalizando entonces los conflictos van subiendo de tono. Las Guerras Culturales pasaron de ser charlas de cafés y bares a ser una causa polarización estructural. Esta actitud se ve acrecentada por la llegada de la generación Millennial al mercado electoral. En elecciones pasadas la generación “X” votó con el bolsillo y los candidatos tenían que prometer más sueldos y mucho empleo. Pero esa fórmula ya no es válida. Esto significa que en esta década vamos a ver una dinámica política y electoral muy conflictiva.
A esto hay que sumar que la década que apenas comienza marca una fuerte desconfianza de los ciudadanos por las instituciones. El primer mensaje de Trump después de la elección fue que no confiaba en el resultado. Empezaron a surgir noticias por todos lados que demostraban un fraude en contra del presidente actual. Por otro lado, Biden fue cauto y mandó un mensaje de esperanza. Mientras escribo esta columna parece que el ganador va a ser el candidato demócrata. Como ciudadano no puedes pensar que poco a poco va a volver la paz. Al contrario: las guerras culturales acaban de detonarse de manera masiva.
A los que nos gusta la historia y la sociología nos gusta ver las cosas desde una perspectiva cíclica. Estudiar a los Imperios es una de las mejores formas de aprender cómo funciona una sociedad y cómo predecirla. La pregunta clave para entender el fin de un ciclo histórico (Como el que ahora vivimos) es la siguiente: ¿El imperio en turno va a explotar o a implotar? Cuando el imperio explota pelea contra adversarios externos y lucha por su sobrevivencia (Segunda Guerra Mundial). Cuando el imperio implota sus ciudadanos pelean a muerte entre ellos (Guerra Civil). La pregunta final es: ¿Qué va a pasar con EUA?
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