Mundo Generacional… Los tiempos políticos del Imperio Romano durante la Pasión de Jesucristo

Durante los tiempos de La Pasión de Cristo el Emperador de Roma era Tiberio. Alrededor del año 33 DC el Imperio Romano atravesaba una época difícil. Aquellos años de Octavio Augusto ya estaban en el pasado y los ciudadanos recelaban del poder tan amplio que tenía el Emperador (Que por cierto nunca quiso usar ese nombre). Tiberio acabó con los Comicios, quienes eran los encargados de manejar las elecciones de la República. Su objetivo como líder de Roma era ir acumulando poder con el fin de solidificar la estructura del Imperio.

La política romana de la época de Tiberio fue cuidar el gasto, no hacer campañas militares que desgastaran las arcas, manejar las fronteras con diplomacia y fortalecer los sistemas de defensa militar. Sin embargo una serie de eventos desafortunados (Entre ellos la muerte de su hijo mayor) lo fueron alejando de las funciones de gobernante. La tristeza fue apoderándose cada día más de su persona. Al final de sus días nombró como su heredero a uno de los más nefastos Emperadores Romanos de la historia: Calígula.

Tiberio solo es mencionado una vez en la Biblia en el Evangelio según San Lucas. Durante los demás relatos simplemente se le menciona como al Cesar. Según la teoría generacional estos tiempos son los que se conocen como un despertar individual. A pesar del poder que tenía la institución del Emperador los romanos empezaban a darle importancia al individuo. Tiberio, en un principio, entendió muy bien sus tiempos y supo asignarle poderes al Senado y aumentar su propia fuerza militar. Las Guardias Pretorianas fueron fundadas en esta época.

Desde tiempos de Octavio la regiones de Galilea y Judea eran suma importante por el comercio con el medio y lejano oriente. El gobernador militar de esa región era Poncio Pilatos. Le tocó gobernar entre los años 26 y 36. Hoy es recordado como uno de los autores intelectuales de la crucifixión de Jesús. Pero en términos terrenales se le recuerda por la vil manera en la que se sometió al poder político en lugar de salvar a un hombre inocente. Haberse lavado las manos siempre será una manera infame de zafarse de un problema.