La promesa de una mejor humanidad, regida por un orden internacional, en la que todos somos iguales parece que por fin es posible. La nueva torre de Babel es el proyecto metaversiano en el cual la armonía rige las relaciones entre las personas. Muchos hablan de la era de acuario como eje de esta novedosa manera de vivir. Sin embargo, las cosas son un poco más complicadas. Las fuerzas de la globalización cultural nunca se van a extinguir mientras dos personas de distintas costumbres estén comunicándose. No hay que olvidar que la supervivencia es del más adaptable.
Platicando con mi amiga Mariana, esta me contaba una historia de valor y superación ejemplar. Una mujer que vivía en un país sin libertad y con un gobierno represor soñaba con escapar a occidente. No tenía herramientas para hacerlo así que aprovecho toda su inteligencia para lograr sus sueños de libertad. Desde su móvil, con todas las restricciones impuestas por la tiranía, se puso a estudiar idiomas. Al final de un año ella ya dominaba 8 lenguas. Gracias a eso empezó a generar dinero y contactos para lograr escapar. Hoy esa mujer vive en un país libre y trabaja como maestra de inglés y francés.
En este tipo de casos vemos la fuerza de la voluntad y las oportunidades que da tener una conexión a internet. Hay un dicho que dice que la buena suerte es la mezcla de una excelente preparación y saber aprovechar las oportunidades. El desafío siempre ha sido el mismo: ser culturalmente adaptable. De esa forma, las probabilidades de que ocurra algo bueno se incrementan. La historia enseña que muchos esclavos griegos sobrevivieron gracias a sus conocimientos. Aprender algo nuevo todos los días es algo que hoy es fácil debido al internet y las redes sociales.
La nueva Torre de Babel no va a solucionar los problemas de la naturaleza humana. De hecho, tal vez se convierta en un moderno campo de batalla cultural. Pero la lucha por encontrar un equilibrio saludable entre el debate y los acuerdos tiene que seguir. Nunca va a ser fácil porque la historia enseña que no hay orden internacional que dure más de 100 años (En los escenarios más positivos). Aprender idiomas, conocer personas de otras culturas y disfrutar cafés intelectuales son momentos de la vida que hacen que esta sea maravillosa. Para cada individuo, existir es adentrarse en la diversidad de la cultural.
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