La economía del siglo XX se movilizo con petróleo. La derrota del Tercer Reich se logró gracias a que la maquinaria Nazi se quedó sin gasolina para moverse y así pudo ser aniquilada. En la década de los setenta, debido a los conflictos en el Medio Oriente, Estados Unidos pasó por una difícil etapa política y las gasolineras se fueron quedando sin producto para vender. El petróleo fue el gran factor estratégico pero ya no debe de seguir siéndolo.
Hoy los paneles solares decoran miles de techos en México. Esto permite que muchas familias mexicanas tengan una economía más holgada ahorrando en sus recibos de luz. Es uno de los mejores avances que se han logrado en materia energética. Los paneles van a seguir el camino de la telefonía celular y se irán democratizando para llegar a todos los hogares de México. En ese sentido el siguiente paso debe de ser el transporte.
Hoy México sufre los problemas de la dependencia de los hidrocarburos: no solo es el desabasto sino también la contaminación. El trafico que hoy se genera en las avenidas mexicanas es alarmante y ya se le puede llamar un grave problema social. El ruido, las emisiones de carbono, el estrés, el tiempo perdido, el costo de tener motores prendidos y que no avanzan. Es el momento de dar un paso más hacia adelante: El coche transportando a una persona es un enemigo publico.
Por ejemplo cien automóviles atascados en una avenida con un pasajero generan grandes cantidades de malestar. En cambio 25 automóviles con 4 pasajeros representa grandes ahorros para todos. Los corporativos deben de impulsar el “We Work” y el “Home Office” para que menos gente tenga que trasladarse y de esa manera evitar generar trafico. El mercado, como fuerza social, debe de canalizarse hacia la independencia del petróleo.
Opinión de Edwin Carcaño Guerra
Twitter: @ecarcanog
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