Desde finales de Enero los índices de las principales bolsas de valores del mundo han experimentado una fuerte contracción. Los mercados primero demostraron nerviosismo porque se acercaba una recesión. Al poco tiempo el factor de las elecciones en los Estados Unidos empezó a demostrar ser un elemento para considerar en el futuro de los portafolios de inversión. Un ajuste entre un 10% a un 20% hubiera sido lo esperado. Nadie esperaba lo que terminó sucediendo.
Cuando empezó a tomarse en serio la amenaza del COVID19 los inversionistas empezaron a tomar posiciones defensivas. Poco a poco los índices bursátiles empezaron a “derretirse” y las ganancias de los últimos 4 años empezaron a evaporarse. El miedo y la incertidumbre se juntaron en la mente de los dueños de las acciones y estos empezaron a aventarlas buscando salvar el valor de sus inversiones. Los mercados empezaron rebotar en dígitos arriba del 7% debido a la crisis.
Sin embargo, muchos inversionistas han leído a Benjamin Graham, a Phil Fisher, a Peter Lynch, a Charlie Munger, A Warren Buffet y recientemente a Tony Robbins. Hablando de todos estos autores al mismo tiempo entonces sabemos que esto podía suceder, Después de grandes ciclos a la alza vienen ajustes o recesiones. Lo más importante es que durante la época de ganancias se crearon reservas en efectivo para los tiempos difíciles. Entonces hoy empieza el momento de comprar barato.
Los mejores inversionistas compran acciones con horizontes de inversión de largo plazo. Buscan siempre poner sus recursos en acciones que llevan pagando dividendos por más de 20 años. Siempre están buscando que la proporción de años/utilidades sea menor a 20. Por último estar indizado al S&P 500 puede ser la mejor y más segura manera de invertir. Entonces estamos frente a una oportunidad generacional que promete, en el largo plazo, ser una magnífica oportunidad para ganar dinero.
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