Cada vez que intenta hablarle, la respuesta de él parece estar predeterminada, como si fuera un personaje de videojuego: “Ajá… sí… claro…” Y luego, un silencio que se llena solo del sonido de los disparos y los clicks del teclado.
Ella empieza a preguntarse si debe enviarle mensajes de voz mientras él juega para obtener alguna reacción genuina.
No es fácil competir con una consola de videojuegos. Para muchas mujeres, llega un punto en el que se ven atrapadas en un triángulo amoroso peculiar: ella, su novio… y su consola.
Todo comienza como una afición inofensiva, un gusto genuino, pero pronto él empieza a pasar más horas frente a la pantalla y ella no sabe que se enfrentará a su rival #1.
Ella empieza a preguntarse si ese control de videojuegos le ha robado algo más que el tiempo, ¡le ha robado a su pareja!
-“Hoy cenamos en la casa, ¿verdad?”, pregunta ella, esperando una respuesta entusiasta. Él, sin apartar la vista del televisor, asiente distraído: “Sí, sí… después de esta partida.”
Es curioso como en sus ojos tan abiertos se logra proyectar las luces que refleja el televisor. En ese momento sabes que nada puede ser más poderoso que tu novio aniquilando al enemigo y coordinando con mayor rapidez a sus amigos virtuales para subirse a ese helicóptero que te salva la vida y te hace ganar la partida.
Es realmente una locura que lo hace feliz…
Olvidé mencionar que esa “partida» se convierte en minutos, horas, y la cena se transforma en una “cena gamer” de comida rápida. En donde le cocinas cualquier cosa y no lo notará. “Recuerda que los soldados se alimentan de cualquier cosa en la guerra” por lo que no van a exigir.
Ella sin querer se vuelve una espectadora involuntaria de la batalla entre su novio y los soldados.
El hogar se convierte en una zona de guerra donde suena música épica y explosiones digitales a toda hora. Ella ya no sabe si le gritan “¡cuidado!» porque hay un enemigo virtual cerca o porque el arroz se está quemando en la cocina.
Al final, muchas mujeres lo ven con humor. Quizá la consola es una especie de mejor amiga que llegó para quedarse. Después de todo, solo un gamer entiende lo que es dar abrazos imaginarios después de completar una misión épica, con los ojos llenos de orgullo como si hubiese conquistado el mundo.
Tal vez el secreto sea entender que, mientras él derrote enemigos y complete misiones, su heroína de la vida real está ahí para compartir sus anécdotas y cumplir sus sueños.
Gracias por leer:La consola o yo?
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