La Alegría de Vivir

La Alegría de Vivir: En estos días en que el discurso de los jóvenes favorece el consumo de marihuana, vale la pena reflexionar sobre los daños que produce beber, para darnos una idea de lo que nos espera.

Si como país estamos rebasados en la atención y tratamiento de alcohólicos, pagaremos muy caro las consecuencias de la adicción al cannabis una vez que se regularice su consumo.

En esta ocasión no nos detendremos a opinar sobre el debate de la marihuana y sus efectos adictivos. Ya tendremos espacio en otro momento.

Hoy, si me permite el lector, daré gracias a Dios y a todos quienes me han apoyado a llegar a 25 años sin beber. Tiempo en el que entendí este trastorno y pude prepararme como especialista en adicciones.

Trataré de sembrar la esperanza de que existen opciones para salir de la enfermedad. Además de plasmar lo que ya padecemos con otro tipo de dependencias, como sucederá con la marihuana.

Mi historia empezó en los 80 cuando siendo un adolescente de 13 años comencé a consumir cigarros y alcohol. Mi borrachera inicial llegó al terminar mi ciclo de primero de secundaria.

Fueron poco más de 17 años para poder aceptar esta enfermedad mental, salir de la negación y pedir ayuda. Fueron años de buscar placeres falsos que aumentaban mi vacío existencial.

Casi dos décadas de perder el control, sufrir accidentes, usar otras drogas, poner en riesgo mi vida y aferrarme a consumir, a pesar de los daños evidentes.

Por supuesto, pasé por lagunas mentales, delirios auditivos, riñas, pérdida de recursos materiales y todo lo que las películas narran que sucede en la vida de un borracho empedernido.

Hasta entonces, ni mi brillante carrera profesional, ni la práctica de deportes, ni la familia misma, fueron suficientes para provocar un cambio.

Tuve que tocar fondo cuando estuve a punto de perder a mi joven familia a los 30 años de edad. Ahí vino mi proceso de salir de la negación, pedir ayuda y terminar por entender que mi cerebro había desarrollado esta incomprensible enfermedad.

Llegaron las primeras sesiones de terapia, la asistencia a los grupos de Alcohólicos Anónimos, la confesión de otras conductas ingobernables, la reparación de daños y todo el proceso para dejar de sufrir y comenzar a vivir de verdad.

Han sido 25 años conociendo excelentes terapeutas, grandes amigos de los grupos de ayuda mutua, maestros espirituales y rediseñando mi propia historia.

Con todo y los altibajos y claroscuros de lo que la vida presenta de manera natural en ese tiempo, han sido más las bendiciones que las pérdidas.

He llegado a conocerme a mí mismo, a tener una maravillosa relación con Dios y a socializar con mis prójimos de manera más funcional.

Por todo ello, no tengo limitación de ningún tipo para abrir mi experiencia, cada vez que sea necesario, de contarla en talleres, charlas y conferencias, siempre que pueda serle de utilidad a alguien.

Disfruto de acompañar en el consultorio a quienes tienen la confianza de elegirme como su especialista. Estoy comprometido con la prevención y con hablar de frente de estos temas, sin tapujos.

A 25 años de distancia de salir del infierno puedo afirmar que hay una luz hacia la alegría de vivir.

El inicio es aceptar que hablamos de una enfermedad mental, buscar ayuda, atenderla y tratarla.

Omar Cervantes Rodríguez es Especialista en Adicciones por  el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix y desde sus estudios de postgrado se ha convertido en un articulista, escritor y promotor de la cultura de la prevención y de no estigmatizar las enfermedades mentales, hablando abiertamente de ellas.

Escribió y publicó en 2018 el libro “La Alegría de Vivir: un viaje de las tinieblas a la luz” y en 2022 acaba de publicar “Rendirse para triunfar: la Alegría de Vivir” ambos en la plataforma de Amazon.

Es licenciado en ciencias de la comunicación por el ITESM en 1990 y periodista desde hace 36 años. Escribe sobre adicciones y temas de superación desde hace más de 8 años en diversas plataformas.