El Mitsubishi A6M “Zero”

El 11 de mayo de 1945 la guerra en el océano Pacífico ya estaba decidida. Japón se encontraba derrotado y su única esperanza era conseguir un buen acuerdo de rendición. La fuerza aérea norteamericana bombardeaba las ciudades japonesas. La capacidad militar del Imperio del Sol estaba ya muy mermada. La estrategia final era convertir la isla en una fortaleza. Si los Aliados invadían entonces sus bajas serían enormes. La apuesta era que la moral de los soldados invasores se iba a quebrar. Ese mismo día dos pilotos de la armada japonesa despegaron hacia Okinawa. Esta es la historia de El Mitsubishi A6M “Zero”.

Inicialmente, el diseño de este avión fue muy ambicioso. La Armada Imperial Japonesa estaba buscando un aparato de largo alcance y con gran poder de fuego. También se esperaba que el nuevo avión tuviera capacidad para despegar de un portaaviones. El reto era tan grande que algunos diseñadores decidieron no participar en la competencia. Sin embargo, Jiro Horikoshi decidió crear la máquina que se requería. Sus habilidades como ingeniero permitieron que el proyecto despegara y fuera llamado el “Zero”.

El “Zero” entró en acción en 1940. Se convirtió en el terror de las fuerzas áreas. Poseía maniobrabilidad, capacidad de fuego y buen alcance. Aun así, también tenía debilidades, siendo la principal de ellas que era muy ligero. Además, los tanques de gasolina no poseían ningún tipo de protección, por lo que si recibía alguna especie de impacto explotaban. Su mayor fortaleza es que a bajas velocidades podía girar mejor que cualquier avión aliado y derribarlo con sus potentes cañones de 20 mm. Al final de la guerra la fuerza aérea americana ya había dejado obsoletos los “Zeros”.   

El 11 de mayo de 1945 se estaba llevando a cabo la Batalla de Okinawa. Cada metro que las tropas americanas avanzaban lo pagaban con cientos de vidas. Ese día Seizo Yasunori y Kyoshi Ogawa, dos jóvenes pilotos japoneses, despegaron con el fin de estrellar sus aviones en contra de la flota estadounidense. Los “Zeros” en los que volaban estos jóvenes iban armados con bombas de 500 kilos. Tras abrirse paso entre los cañones antiaéreos y los cazas que defendían la flota americana lograron impactar el portaaviones “Bunker Hill”. Este fue el ataque “Kamikaze” más letal del conflicto en el Pacífico. 

El golpe fue terrible. El portaaviones quedó deshabilitado por el resto de la guerra. También murieron más de 400 marineros. Japón tuvo que recurrir a tácticas desesperadas para lograr frenar el avance de las tropas americanas. Ante su inminente derrota, el ejército imperial convirtió sus reservas aéreas en bombas tripuladas llamadas “Kamikazes”. Causaron mucho daño, pero al final no pudieron cambiar el curso del conflicto. Estados Unidos lanzó dos bombas atómicas y el emperador Hirohito no tuvo más que rendirse. Esta fue la historia de El Mitsubishi A6M “Zero”.