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Camino a la Corona

Hace algunos ayeres en un lejano tablero de ajedrez. Paseaba un pequeño peón negro.

Avanzaba con gran esfuerzo, pieza tras pieza, hacia la última fila.

A su alrededor, el tablero estaba lleno de amenazas y obstáculos: torres, caballos y alfiles enemigos que parecían observar sus movimientos. El peón cargaba en su espalda un botín de armas.

Con cada paso, el peón sentía el peso de la expectativa. Quería convertirse en la pieza que siempre había soñado ser. Sin embargo, dudaba. ¿Realmente estaba listo para dejar de ser el peón que había sido toda su vida?

Mientras avanzaba, el peón recordó todas las veces que había visto a sus compañeros caer en batalla, sacrificarse por el bien del rey y la dama negra.

Él era solo un peón, una pieza pequeña y sencilla. ¿Qué le hacía pensar que merecía un destino más alto, que podía llegar a la última fila y transformarse en algo más? La voz de la duda era fuerte y amenazaba con hacerle retroceder, pero algo dentro de él le decía que seguir avanzando era su propósito, aunque el miedo lo envolviera.

A su alrededor, las otras piezas observaban en silencio. Sabían que el último paso sería el más difícil. El peón sentía una mezcla de miedo y emoción. La reina blanca se dirigió hacia él. Le envío una mirada llena de odio. “Tú nunca podrás pasar sobre mí”, parecía decirle sin palabras. En ese momento, el peón se dio cuenta de que no estaba solo; había quienes creían en él, aunque él mismo dudara.

Sombra el Dragón apareció, volando con una gran velocidad y rodeado de fuego. Se interpuso entre la Dama y el Peón, ella no tuvo remedio y solo escapó…

Finalmente, tomó aire el peón, reunió el coraje que le quedaba y avanzó esa última casilla. La sensación fue abrumadora, y por un momento el miedo se desvaneció. De pronto, todo cambió: su apariencia, su fuerza, su propósito. Ya no era el peón que había sido, sino una nueva pieza, llena de poder y posibilidades.

Se había convertido en una dama, lista para enfrentar el resto del juego con valentía y decisión. Y todo gracias a su gran amigo «Sombre el Dragón».

Desde entonces, el nuevo peón convertido en dama miraba atrás y sonreía, sabiendo que había superado el mayor reto de todos: el miedo a creer en su propio valor. Su transformación era un recordatorio para todos los demás peones, mostrándoles que, a veces, lo único necesario para lograr lo imposible es dar ese último paso.

Y que mejor si puedes apoyarte algunas veces de tus grandes amistades.

Gracias por leer:Camino a la Corona

Cecilia Santos Cabanas - La Dama Negra

Escrito por Cecilia Santos Cabañas

Cecilia es una destacada jugadora y maestra de ajedrez. Ha sido 4 veces Campeona Nacional de Ajedrez (México). Actualmente es árbitro de torneos y competencias ajedrecisticas. Asi mismo es egresada del Colegio de Negocios Internacionales en donde estudio Negocios Internacionales y cuenta con una Maestría en Ciencias de la Educación.

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